El Parque en imágenes.

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miércoles, 30 de abril de 2014

El gamón, entre el fuego y la piedra.

Gamones, fuego, piedras, la Cruz, … son algunos de los ingredientes de una de las fiestas tradicionales más curiosas, a la vez que única, de todas las que se celebran a lo largo y ancho de la geografía española, la Crujía del gamón. Actualmente está declarada Fiesta de Interés Turístico en Andalucía, aunque viene llevándose a cabo desde tiempos inmemoriales, encontrándose arraigada al patrimonio cultural, histórico y etnográfico de esta localidad. Varios son los orígenes que se le atribuyen a esta fiesta, pero lo cierto es que este hecho siendo el gran desconocido, lo que le otorga un mayor encanto a esta celebración.

Plaza de la Verdura, uno de los sitios más tradicionales para la crujida. 

Pero pasemos en primer lugar a conocer en qué consiste esta fiesta. Aunque tiene lugar el día 3 de mayo, todo empieza semanas antes cuando los más jóvenes de la localidad acarrean leña, que acumulan en solares y rincones de las calles, que servirá de combustible para las hogueras; a esto hay que añadir una gran cantidad de enseres viejos de madera en desuso que se aportan para quemar y así deshacerse de los mismos. Ya en el día en cuestión, se engalanan las calles, se adornan con flores, se elabora una cruz de madera que también es revestida de las mejores flores, se colocan algunos columpios, un poco de vino, cerveza,… y ya de noche, se encienden las candelas.

Días antes la gente de la localidad acude a los campos para recolectar al principal protagonista de la fiesta, el gamón, una planta que puebla abundantemente nuestros campos. Es una vara alta con flores y frutos en su extremo superior, que se corta a ras de suelo y con los que se van haciendo “haces” que se traerán posteriormente para la celebración.







La crujida en si consiste en que esta vara de gamón es introducida por su extremo inferior en la hoguera con la intención de calentarla. Al calentarse comienza a hervir la savia interior, acumulándose gases de vapor de agua en sus tejidos, estando al poco tiempo listo para cogerlo por el extremo superior y chocarlo contra una piedra para hacerlo explosionar y provocar un gran estruendo, en muchos caso similar a un petardo o un disparo, el crujir del gamón. Y así durante toda la noche se sucederán miles de idas y venidas desde la hoguera a la piedra y vuelta a empezar. Hay que decir que el crujido suele ir acompañado de un deseo de salud para alguien o algo, por lo que previo al estruendo se escuchará eso de… "a la salud de ....  Pumm", a mayor sonido, más y mejor salud.








Sobre el origen de esta fiesta popular hay que decir que es desconocido y un tanto confuso. Se apuntan varias teorías al respecto, aunque puede que no sea ninguna o una mezcla de todas ellas.

Se cuenta que en época de dominación francesa, los habitantes de Ubrique, ante la falta de munición y armamento, y ante las continuas luchas, utilizaron esta técnica para hacer creer al ejército francés que en Ubrique había posibilidad de defensa armada. No creo desde mi opinión que con esto se pudiera aguantar alejado por mucho tiempo a todo un ejército, puesto que se requiere recolección previa de gran cantidad de ellos, así como hacer hogueras.

Por otro lado, se habla de que los ganaderos de la época utilizaban esto para ahuyentar a los lobos, para mantenerlos alejados del ganado. Tampoco resulta una teoría demasiado convincente, pues ¿sólo se alejaba a los lobos en los meses en los que se cuenta con gamones en el campo? ¿y el resto del año?


Una teoría algo más antigua, y quizás más creíble, defiende el origen alimenticio como el responsable de esta fiesta. Los tubérculos calentados a la candela se comían en la antigüedad, por lo que era común reunirse al pie de una candela para introducir los extremos de dichas varas (con tubérculo incluido) para posteriormente se comidos. El hecho de usar la vara completa era debido a la facilidad para introducir el tubérculo sin quemarse las manos. Este hecho quizás hizo saber que esta planta podía explotar si se calentaba previamente por su extremo.

Candela en Calle Ronda; de obligado paso esa noche.

En definitiva, diversas teorías que no explican del todo la complejidad de esta fiesta, que va más allá de lo que es en si la crujida del gamón. Primero porque la fecha, el 3 de mayo, es significativa. ¿por qué en mayo? Mayo es el mes de las festividades de las cruces de mayo en muchas localidades de Andalucía. ¿es en realidad una festividad en torno a la cruz, símbolo cristiano por antonomasia? En esta fiesta, uno de los elementos significativos son las cruces. Cada hoguera es presidida por una gran cruz, engalanada con las mejores flores, lo cual le da un sentido religioso cristiano a la fiesta; aunque si tenemos en cuenta que al final de la noche las cruces son quemadas en la hoguera, parece perderse ese carácter cristiano, pareciéndose más a una fiesta de corte pagano. Quemar la cruz para la cristiandad es cuanto menos un sacrilegio. Estamos más bien ante una posible fiesta de origen pagano reconvertida a una con carácter más religioso y actualmente festivo.  

 


Cruz adornada con flores en Calle Ronda.

La hoguera y el símbolo purificador del fuego son protagonistas de esta fiesta. De hecho, el aprovechar para quemar enseres viejos es una manera de limpiar, purificar, en este caso los hogares.

¿y por qué la explosión va ligada al deseo de salud para alguien?


Varias son las preguntas sin respuesta que aparecen en torno a esta fiesta, quizás un motivo más para ser tan encantadora; quien la conoce, siempre vuelve.

Plaza de la Verdura.

Pero la historia del gamón y su encuentro con el fuego no queda sólo aquí en Ubrique. En Azuaga, una localidad de la provincia de Badajoz, los gamones y el fuego toman las calles en Nochebuena. Esa noche, la del 24 de diciembre, se elaboran antorchas, allí denominadas jachas, con las varetas de gamón secas, a las que se les prende fuego y son portadas por los habitantes de esta localidad iluminando las calles del pueblo. Su origen se remonta a cuando la mayor parte de la población vivía en el campo. Esa noche se organizaba un juego para los más jóvenes que consistía en buscar al anochecer la cueva del Niño Jesús por los alrededores, emulando a los pastores de Belén. Hoy día el carácter religioso se ha ido perdiendo, siendo una celebración más festiva. No hay relación algunas entre ambas fiestas, salvo que ambas utilizan los mismos elementos, el fuego y los gamones.

Ya dentro de sus otros usos populares, los hay con mayor y menor fundamento. Con sus hojas secas y rehumedecidas se elaboran hondas aunque sólo sirven para tirar una piedra; la parte más engrosada de la raíz se cortaba y aplicaba sobre los hongos de la piel, eccemas y dermatitis; sus raíces también se usaron para obtener alcohol por fermentación, citándose alcoholeras hace más de 40 años en Cádiz y Segovia; y ya dentro del campo de las creencias hay quien dice que si dejamos secar sus frutos en los bolsillos del pantalón, mejorarán las hemorroides. En definitiva, estamos ante una planta muy común y abundante pero con una larga tradición y arraigo en la cultura popular.

El gamón es una planta de la familia de las Liliaceas, con hojas planas y basales que emiten un tallo  en cuya parte superior aparecen las flores y posteriormente los frutos, unas cápsulas globosas en cuyo interior se forman las semillas. Sus raíces tuberosas, en forma de tubérculo, acumulan sustancias de reserva, y a partir de ellos se producirán nuevos tallos. En esta zona encontraremos tres especies de gamón, Asphodelus albus, Asphodelus ramosus, y Asphodelus aestivus, que son muy parecidas pero con diferencias más o menos apreciables. Los dos primeros de floración y fructificación entre febrero y mayo (los usados normalmente para la crujida) y el tercero de floración y fructificación a partir de mayo y hasta septiembre. A. albus presenta un sola vara con flores en su parte superior y A. ramosus y aestivus presentan ramificaciones en el extremo superior.


Asphodelus albus
 

Asphodelus ramosus

martes, 22 de abril de 2014

Paisajes primaverales en la sierra.

El inicio de la primavera deja paisajes espectaculares en el Parque Natural Sierra de Grazalema. Las nubes y las lluvias son protagonistas directos y responsables de las luces y colores del paisaje serrano. 
La Manga de Villaluenga, Zahara de la Sierra y Ubrique son tres lugares con una gran potencia paisajística.


La Manga de Villaluenga con una orquídea en primer plano
 (Hymanthoglossum robertianum, anteriormente llamada Barlia robertiana).


Zahara de la Sierra y su embalse. El cielo cargado de nubes deja entrever de vez en cuando al sol.


Ubrique desde lo alto de su sierra. Tras la tormenta aparece algo de sol que ilumina el paisaje.